Judío nacido en Berlín en el año 1920, estudió fotografía de moda y teatro. Huyó de su patria hacia Singapur en diciembre de 1938 un mes después del comienzo de la persecución nazi. Eventualmente se estableció en Australia, donde adquirió la ciudadanía y cambió su apellido. En 1961 se trasladó a París y más tarde a Mónaco. A partir de ese momento trabajó para grandes clientes y revistas, entre las que se incluyen Jardin des Modes, Nova, Queen, Stern, Marie Claire, Elle, Vogue, Vanity Fair y Playboy.
Entre las personalidades fotografiadas por Newton se encuentran Paloma Picasso, Pierre Cardin, Naomi Campbell Jean Marie LePen y Claudia Schiffer.
Sus complejas composiciones, de sofisticación sutil, agresividad y elegante erotismo, ejercieron una fuerte influencia en la fotografía publicitaria, de moda y erótica.
El fotógrafo alemán relató en su autobiografía, publicada en 2002, que cuando tenía 15 años le dijo a su padre, dueño de una fábrica en Berlín, que quería ser fotógrafo. “Terminarás en la calle –sentenció el progenitor- solamente piensas en chicas y en fotos”. En el mismo prólogo, Newton declara que su fascinación por las mujeres venía desde que era un niño y recordó ver a su niñera “arreglándose para salir, medio desnuda frente a un espejo”, calificó este momento como determinante en su vida, esta fue su primera fotografía, sin cámara, sólo mental.
En el año 1981 en París, Helmut Newton tomaría la fotografía llamada
El segundo nuevo elemento: su esposa; éste pudo significar para Newton la lograda aceptación que su padre no le dio a su carrera. Su esposa en la toma es además la aceptación de los demás: la sociedad que en un principio tanto criticó el erotismo con el que trabajó. La realización de sus sueños, deseos, metas del fotógrafo se logran en esta escena, el cenit de su carrera había llegado y él lo retrató: una mujer desnuda, un espejo, las piernas de otra mujer desnuda con sus siempre fetichistas tacones, su cámara, él y su esposa, contemplando su cuidadoso trabajo.
Definido por la psicología como “devoción hacia el deseo, consistente en desviar o acentuar la atracción por una persona atribuyendo carga erótica a los objetos e imágenes que la representan”, el fetichismo es una característica frecuentemente empleada artistas contemporáneos y que Helmut supo explotar en la mayor parte de su obra fotográfica.
El fetichismo implica una manifestación erótica en la cual las necesidades y fantasías sexuales de una persona se encauzan utilizando ciertas partes del cuerpo o de objetos que representan simbólicamente al ser amado. Helmut sabe que este fetichismo es común a su sociedad, aunque no es ni aceptado ni demostrado tan fácilmente.
El personaje sadeano es un ser pensante que ocupa la razón en pensar lo prohibido, porque trata de pensar eso que se trata de no pensar en sociedad, por ello se manifiesta abiertamente en contra de lo establecido, y por eso se le califica también como libertino, pues lleva su libertad más allá de lo establecido como normal por el orden simbólico.
Helmut trazó un parteaguas con sus fotografías de moda. Se permitió retratar lo no establecido en pleno siglo XX. Asumió la libertad de entrar en los ojos del espectador y hablarle de temas que ya existían, pero que no se aceptaban con naturalidad, sobre todo girando alrededor de las mujeres: una mujer que asume el poder de su sexo; que se desnuda sin pudor ni miedo; homosexualidad; mujeres con armas, fumando, embriagándose; una llamada “alta sociedad” que cae en los excesos, en la banalidad.El personaje sadeano se permite situaciones donde el exceso y las irregularidades ocurren únicamente por un trabajo de reflexión muy intensa acerca de lo que es lo establecido (“vicios privados, virtudes públicas”), quién lo establece y por qué. Eso hizo Newton, ir más allá de la superficialidad, descubrir cómo era su sociedad, para así saber qué fotografiar. Se volvió cómplice de su espectador, del que observó sus fotografías y tal vez las criticó y rechazó; pero, que encontró cierta identificación con lo prohibido de las imágenes.
De esta manera llegamos al final de nuestro breve “análisis newtiano”, del cual podemos concluir que la obra de Helmut Newton tiene suficiente valor para calificarlo de único en su tipo.
Desde su nacimiento la cámara fotográfica buscó ser un registro de la realidad, y sin embargo no siempre cumplió este propósito. Los fotomontajes, las poses, los escenarios empleados sobre todo por la fotografía artística y de modas rompieron el camino entre lo real y lo “bello”. Pero siempre habrá alguien que rompa con las reglas. Newton lo logró.
Cero poses, cero superficialidad, siempre encontró el espectro interior de cada una de sus modelos y lo captó.
Newton basó su reputación en la elegante seducción de sus trabajos en el mundo de la moda, en la provocación sexual y en el glamour y la extravagancia de sus retratos de los personajes más bellos, privilegiados, ingeniosos y célebres.
Para él, la fotografía era un proceso de investigación infinito y global, probablemente una manera de confirmar y consolidar su identidad, es por eso que analizar su obra es un gran trabajo.
Helmut Newton, el personaje fetichista, el personaje fríamente erótico, el personaje sadeano. Pero sobre todo, Helmut Newton, el posmodernista, fotógrafo de lo “diferente”.
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Comentario de Nancy Rojas Nvas:
Cómo no decirlo, y recibiré cualquier tipo de crítica por mi siguiente comentario, y asumo la responsabilidad que conlleva mi palabra. Pero, para mí, Helmut Newton es de los mejores fotógrafos de todos los tiempos y el mejor en fotografía de moda.
Excéntrico, original, realista, atrevido, sensual, sexual, frío, erótico, de actitud perversa y fetichista… Todo eso y más, así es Newton y así son sus fotografías.
Una leyenda rodeado de leyendas… El fotógrafo de la no-hipocresía; el que frente a una modelo de actitud vanidosa, sumisa y banal no hacia mas que llamarla “puta, perra, zorra” y otros adjetivos agresivos, y todo para encontrar a esa mujer verdadera, la de actitud desafiante, altiva, defensiva… real, como todas deberíamos ser siempre.
No necesitó enmascarar a sus personajes, ni captarlos de noche, ni pedirles una pose o hacerlos ver la cámara siempre, ni siquiera tuvo que hablarles bien ni convivir mucho con ellos. Sólo así, una palabra que le quitara las máscaras a esas mujeres hermosas de cuerpos favorables y para que fueran ellas frente a Newton y ya. Y retrato a grandes personajes, a importantes modelos, a mujeres hermosas y también criticó a la burguesía, y se burlo de ellos.
El gran Helmut Newton, y su nombre lo dijo todo y lo seguirá haciendo, porque no habrá otro que lo pueda superar.